Los inicios no siempre son fáciles. El de ayer no lo fue. Desde un día antes, en el culto del miércoles en la iglesia, la Hna. Alma Gaxiola nos informó que por razones de trabajo no podría estar en la reunión de alcance del jueves. Mi esposa había invitado a su prima Odilia (quien está conociendo el evangelio) y también algunos minutos antes de la reunión nos llama para disculparse porque tampoco estaría con nosotros: su suegra justo ese día cumplía años (o tenía algo que celebrar). Casi antes de que iniciara la sesión me marcó la Hna. Marina de Hernández para informarme también que se había enfermado (ya desde el martes nos decía que su hijo, Cuauhtémoc lo estaba, al parecer se nos contagió) y que le resultaría imposible estar en la reunión (se le había asignado el privilegio de la alabanza y justo que se nos enfermaba de gripa, casi no podía hablar). Ante esto tuve que seleccionar un "Plan B": como el tema era de "Debes tener clara la visión", y en la temática se habla de victoria, decidí por el canto "Un himno de victoria":
Debo confesar que en lo interior, a pesar de la temática, con tantas bajas en el grupo lo menos que sentía era eso. Nuestra Hna. Janet le había tocado la lectura bíblica y también tuvo contratiempos y le fue imposible estar en el momento de su participación. Con todo, inicié la reunión y le dimos curso. No estuvo mal, aunque como podrás suponer hay mucho por hacer todavía. Al final, mi esposa y yo intentamos hacer una pequeña evaluación de lo ocurrido. ¿Qué nos pasó? Quizá fue la tensión de saber que era la primera ocasión en que se realizaba este trabajo -pensamos en un principio-. Después consideramos que el enemigo (así con letras minúsculas) también está trabajando. No se queda con los brazos cruzados, por lo que tenemos que reforzar nuestras armas. Esto es sólo el principio ... sólo de la mano del Señor podremos salir victoriosos de esta faena.
Ahora si tomé fotos del grupo. Un ratito más las subo.
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